En el extremo más occidental de Cuba, en la provincia de Pinar del Río, está el centro de buceo mejor reputado de la isla. |
En total hay 60 puntos de buceo y el más lejano está ubicado a 20 minutos del embarcadero. Las aguas son tranquilas y con gran visibilidad, y se bucea entre los 15 y los 35 metros de profundidad, junto donde comienza el talud continental, una abrupta pared de 2000 metros donde se concentra prácticamente toda la fauna marina típica del mar Caribe.
La pared está cubierta por coral negro y es la base principal de un submundo donde aparece, por ejemplo, la mantarraya obispo, un majestuoso ser submarino que mide dos metros de ancho con sus aletas extendidas y tiene una cola muy larga. También es común ver asomando la cabeza entre las rocas a la morena verde, otra criatura de 2 metros de largo que solamente de noche se deja ver de cuerpo entero. Los peces más coloridos son el pequeño caraguero, totalmente rojo y con pequeños detalles blancos, y la isabelita reina, famosa por su espectacular combinación de azul y amarillo.
Otro muy llamativo es el parche, de color amarillo brillante y con un punto negro en la cola para distraer al enemigo. En ciertos lugares, es muy común toparse con tiburones de las especies gris y toro –no atacan–, que miden hasta dos metros de largo y se deslizan majestuosos e indiferentes. Y por último están las tres especies de tortugas caribeñas: la cagüama (llega a pesar 200 kilos), el carey y laúd, tan mansas que casi se dejan tocar.
Para muchos de los entendidos, entre las características más especiales del sitio está el hecho de que a profundidades de 14 metros ya se aprecian formaciones coralinas de la variedad negra, entre las cuales nadan con su peculiar atractivo especies marinas como la barracuda y el pargo.
Los expertos clasifican los fondos de María la Gorda entre los 10 primeros del subcontinente latinoamericano debido a la abundancia de especies marinas y corales de extraordinaria belleza.
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